viernes, 25 de noviembre de 2011

SENTIDO COMUN Y POLITICA

    Para la mayor parte de las personas, sentido común o “agudo instinto intelectual” es la facultad que, sin presiones del exterior, señala a cada uno la más conveniente opción ante una propuesta de interés general; para Aristóteles, el sentido común era como el punto de encuentro de los cinco sentidos a disposición de los análisis y dictados de la conciencia. El que esto escribe, por su parte, entiende que el sentido común, aplicado a la Política,  equivale al afán de supervivencia guiado por la inteligencia y generosidad de las personas libres.
    Según ello, bien podemos reconocer que el apoyo masivo al proyecto de renovación política que Rajoy y su equipo presentan a los españoles, es un claro triunfo del sentido común. A tenor de los resultados de las últimas elecciones generales, nadie cuenta con base para dudar de que el 20N del 2011 marca un antes y un después en la España del siglo XXI y que, pese a las previsibles dificultades, contamos ahora con un freno para no acabar en el abismo.
    Abismo era el final que se vislumbraba a la sucesión de incongruencias, despilfarros, mediocridades, contravalores, fútiles invenciones y caprichos de los últimos siete años y pico, esos mismos que cambiaron de dirección la progresiva marcha de la España reconocida por todos como ejemplar y ejemplarizante en la etapa que fue de 1996 a 2004. No necesitamos recordar que ello fue posible a la buena gestión de don José María Aznar secundado por sus ministros, en especial, por don  Mariano Rajoy Brey, titular de sucesivas carteras ministeriales y Vicepresidente primero  (27 de abril de 2000 – 4 de septiembre de 2003).
    La buena marcha de España y los españoles cambió de dirección en las Elecciones Generales del 2004 (¿os acordáis de la tragedia del 11M con sus 191 muertos  y 1.858 heridos? ) con el resultado de un gobierno a la medida de los señores  Zapatero y Rubalcaba,  corresponsables  de los millones de parados, miles de millones de deuda, subversión de valores y  de todo lo demás que nos coloca  entre las más regresivas naciones del mundo occidental.  Tanto es así que, al cabo de  siete años y pico una abrumadora mayoría del pueblo español ha dicho ¡¡basta!! para dar un voto de confianza al Partido Popular con don  Mariano Rajoy Brey a la cabeza.
    Con él ha llegado la hora de la Política con sentido común.  Trabajosa y larga va a ser la recuperación; pero no imposible si, como es de esperar, se aplican las pertinentes medidas de ajuste con buen tino en la escala de prioridades, eliminación de tantos y tantos gastos superfluos y con escrupuloso respeto a los derechos de los más débiles: bien creemos que, muy pronto, aparecerá una luz en el obscuro túnel en el que nos ha metido la política de la mediocridad, el sectarismo y la palmaria falta de sentido común y que, ojalá más pronto que tarde, se empiecen a ver los efectos de una Política de riguroso sentido común.

lunes, 21 de noviembre de 2011

GRACIAS Y ENHORABUENA, SEÑOR PRESIDENTE

    Con usted vuelve la esperanza a una inmensa mayoría de españoles, incluidos no pocos anestesiados por tantos y tantos viejos sectarismos, que el socialismo derrotado trataba de mantener vivo con ocurrencias fuera de lugar y forzadas escapadas a situaciones que debieran haber seguido archivadas en el museo de la historia.
    A punto de hundirse la economía nacional y con toda una serie de contravalores en el horizonte de muchos de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, accede usted a la máxima responsabilidad del gobierno de nuestra España con la honradez, preparación, experiencia y temple de un hombre a quien no amilanan las dificultades ante la ocasión que se le brinda para dedicar todo su saber y energías a la recuperación de tantas cosas buenas perdidas durante estos últimos siete años y pico.
    Nos ofrece confianza el hecho de que sea usted uno de los buenos políticos que, en el año 1996 y bajo la presidencia de don José María Aznar, se hicieron cargo del gobierno de una nación con 3.735.300 parados, lo que hacía un 22,8 % sobre el conjunto de los españoles con derecho al trabajo, y con una inasumible deuda pública que superaba el 67 % sobre el producto interior bruto para, con tesón, mucho trabajo y buen tino, cambiar la situación de forma que,  entre 1996 y 2004, España llegó a colocarse en la primera línea de las naciones más prósperas con una gestión que, entre otras muchas grandes cosas, facilitó la creación de hasta cinco millones de empleos productivos con lo que la tasa de desempleo se redujo hasta cerca del 10 % con el consiguiente saneamiento de las cuentas en una situación de franca competencia con los países  más avanzados.  Todo ello se ha venido al traste en los últimos años a causa de la pésima gestión socialista que deja en herencia a los españoles  una situación con cinco millones de parados, una deuda astronómica con intereses que, en solo diez días, supera lo que en un año significa la injustificada congelación de las pensiones además de otros problemas que han colocado a nuestra nación al borde de la bancarrota.
    Nos dice usted y le creemos que "Nadie tiene que sentir inquietud alguna; no habrá más enemigos que el paro y la crisis" puesto que está usted dispuesto a "ser el presidente de todos y anteponer siempre el interés general al interés particular" y que "Gobernará al servicio de España y de los españoles, procurando que por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido de la tarea común".
    Nada fácil va a ser esa tarea que pasa por cuestiones tan elementales como la de no gastar más de lo que se ingresa, recuperar la credibilidad respecto al riguroso cumplimiento de todos nuestros compromisos, eliminar gastos que no tengan otra función que el mantenimiento de estériles fidelidades o lujos y caprichos fuera de lugar, introducir cuantas reformas haga falta para generar empleo y así contar con los medios necesarios para que todo el mundo se sienta útil y, de paso, garantizar el estado de bienestar.
    Sabemos que va a ser usted “el Presidente de todos, incluso de aquellos que no han  votado al Partido Popular”,  propiciando que, a la recíproca, “todos juntos aportamos lo mejor de nosotros mismos", porque, tal como nos dice el señor Presidente, "en ese cambio os quiero convocar a todos, quiero contar con todos. Con ese cambio me gustaría que pudieran confiar todos".
    Súmate al cambio, es la invitación que ojalá llegue con irresistible fuerza a la conciencia de todos nosotros, españoles, que podemos y debemos recuperar el orgullo de serlo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

HABLEMOS DEL VOTO UTIL

En circunstancias normales, no sería yo el que se atreviera a decir que en España solamente hay una  organización política  que, por lo que es y puede hacer, se merece canalizar el voto útil. Sucede que, se mire cómo y por donde se mire, en España la normalidad de hace unos años se ha convertido en un negro panorama que, en mayor o menor medida, a todos nos afecta, en especial a los millones de parados mientras que  el Gobierno, en lugar de discurrir por donde reduce gastos e incrementa ingresos poniendo en juego nuestros propios  modos y medios de producción, sigue con el cada vez más difícil recurso de entramparnos hasta niveles intolerables  de forma que ya, en solo intereses de nuestra deuda, se van en no más de diez días una cantidad similar  a la que se pretendió ahorrar congelando las pensiones de los jubilados. Y ¿qué decir  del candidato socialista, anterior miembro destacado de ese mismo gobierno y, en razón de ello, corresponsable  de la actual dramática situación?  En el mejor de los casos, habremos de decir  de él que ha perdido los papeles,  lanza insultos y acusaciones en lugar de viables propuestas   y, como los niños traviesos, no para de echar balones fuera. Claro que, al frente de tal o cual partido o improvisada asociación  hay otros candidatos , entre los cuales, sin duda que se encontrará alguno con cierta voluntad de enderezar la situación; pero, por eso del juego parlamentario, mal pueden llevar una sola medida positiva a la práctica si no logran mayoría suficiente; reconozcamos que no está la situación para gastar pólvora en salvas y que poco útil resultará para España el voto a cualquiera de ellos destinado

Es, pues, de sentido común que necesitamos un Gobierno de personas capaces de entender y resolver el problema y que pueda hacerlo por que dispone de la mayoría suficiente; tanto mejor si ese gobierno está encabezado por el más templado, experimentado, trabajador e inteligente de los políticos en activo al día de hoy. No tengo el menor reparo en afirmar que, coincidiendo con muchos millones de españoles, ese político es don Mariano Rajoy. Por lo mismo, me atrevo afirmar que no hay voto más útil que el que vaya destinado a él y a su equipo ¿No creéis que nos va en ello la supervivencia de España como nación libre para forjar su destino?

viernes, 11 de noviembre de 2011

SI ZAPATERO FUERA OTRO

    Bien recordaréis que el señor Rodríguez Zapatero dijo en cierta ocasión que, en esta nuestra España, cualquiera podía llegar a ser Presidente del Gobierno.  Ello viene a colación porque, precisamente ayer, un buen amigo mío, que no es más inteligente, ni más alto, ni más guapo que la media de los mortales, me contó un sueño en el que,  por arte de birlí-birloque, los duendes de la noche le metieron en la piel del Presidente del Gobierno para colocarle en la sala de reuniones del Palacio de la Moncloa en medio de sus ministras y ministros.  
    Me cuenta que, durante no menos de media hora, se aplicó a recordar el rosario de sus disparates y a echar de menos todo lo que no había querido hacer por eso de la memoria histórica; al punto,  lanzó un agudo grito y rompió a llorar. Fue entonces cuando la ministra Pagín le alargó su propio pañuelo y le dijo: Presidente, para ti, que ya no tienes nada que perder, todavía es tiempo de arreglar  cosas, empezando por las mías: ponme de patitas en la calle y, por ti mismo, resuelve los problemas de mi departamento de forma que no se confunda la sanidad con hacer desaparecer todo lo que nos estorba. La de Pesca, Agricultura y no sé cuantas cosas más, levantó la voz para decir: la gente huye del campo y del mar cuando, desaparecido lo del ladrillo, tantas cosas buenas se podrían pescar o hacer crecer, sobre todo ahora que empieza a haber tanta gente que pasa hambre…
   -No sigas, contestó mi amigo sin salir aún de la piel del Presidente: cuando acabe esto, me reuniré con la Salgado para ver si queda algún euro para primar la producción y no la destrucción aunque se enfaden tantos especuladores y tantos intermediarios de dentro y de fuera.
    Fue un guirigay lo que siguió a continuación con las ministras y ministros lamentándose del incierto futuro, que a todos y a todas amenazaba, mientras que tú, Presidente, todo lo tienes asegurado con que apliques lo de echar balones fuera cuando te exijan responsabilidades o te diviertas en mil y una conferencias que te pagarán a precio de oro.
   -Basta ya, contestó mi amigo en la piel del Presidente:  por si no lo sabíais , durante estos siete años y pico he sido prisionero de la demagogia y de la memoria histórica. Hoy me levanto con  ganas de aprovechar el tiempo y, puesto que no tengo nada que perder y mucho que ganar para que me bendigan las nuevas generaciones, dejadme solo con Salgado y Valeriano, que voy a estudiar con ellos los decretos ley que hagan falta para que el porvenir deje de ser tan negro con trabajo y más trabajo para el que realmente quiera trabajar. ¿Quién os ha dicho que no se pueden suprimir gastos y más gastos a la par que  se enderezan las finanzas  de forma que haya dinero para todo aquello que se traduzca en oportunidades de empleo? Ya está bien de creer que los de fuera van a arreglar nuestros problemas mientras que nosotros mismos o nos dormimos en los laureles de viejas ideologías o buscamos la coartada de resucitar enterrados rencores o, lo que es peor aún, adormilamos las conciencias tratando de convertir burradas en valores. No os necesito a ninguno de vosotros y sí a los mejores economistas y a unos pocos consejeros de buena voluntad que me aplicaré a convocar ahora mismo.
    Me dice mi amigo que se despertó y, entonces, si que se echó a llorar al comprobar que lo vivido no había sido más que un sueño: el todavía Presidente seguía como si todo lo que está ocurriendo en España nada tuviera  que ver con él.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Lo que nos jugamos el próximo 20N

En las actuales circunstancias, no podemos renunciar al legítimo progreso en todos los órdenes ni abandonar a España a su aire como posible víctima de tantas y tantas tensiones  de disgregador particularismo. Por ello, da escalofríos pensar en que los españoles no acertemos con la única salida hoy posible para salir del túnel en el que nos ha colocado el gobierno del señor Rodríguez Zapatero, el mismo en el que el señor Pérez Rubalcaba participó de forma muy destacada y con no menos responsabilidad que el propio Presidente.
Hoy el señor Rubalcaba pide nuestro voto conminándonos a “pelear por lo que queremos”. Está claro que lo que queremos es librarnos de los malos gestores ¿acaso nos ha demostrado que no es él uno de los peores gestores durante estos pasados años y algunos otros en los que también hizo lo que todos sabemos al lado de su jefe de filas de entonces? Pero, sobre todo, queremos recuperar las perdidas oportunidades de empleo, libertad para educar a nuestros hijos según las propias convicciones y que se nos devuelva el prestigio internacional perdido, que España, más que un concepto “discutido y discutible” sea vista como lo que ha sido y puede ser  por todos, empezando por nosotros, los españoles de cualquier latitud. Queremos también que no se utilicen mentiras y torticeros argumentos para hacernos ver que el terrorismo y otros crímenes son opciones dignas de olvido siempre que tengan políticos que no los condenen.
Señor Rubalcaba, bien recordamos de usted aquello de “no queremos un gobierno que nos mienta”. ¿De verdad que todo lo que usted ha dicho y sigue diciendo es la pura e inamovible verdad? Dicen los expertos que usted, que tienen una especial facilidad de palabra,  se libra de mirar a los ojos al que le interpela o acusa sobre hechos que todos recordamos…
En lugar de pelear (palabra que suena a guerra), de lo que se trata es de votar por Mariano Rajoy,  el único que, hoy por hoy, nos ofrece confianza, no nos ha mentido nunca y muestra tener capacidad para ayudarnos a salir del túnel si logra la mayoría necesaria, de forma que resulte inviable cualquier interesada connivencia de los perdedores.
Más que nunca, es imprescindible calibrar bien la utilidad de nuestro voto.