martes, 31 de diciembre de 2013

¿Qué nos traerá de bueno y próspero 2014?

Nos gustaría abordar 2014 con irrebatible realismo: sin duda que realista es una persona que, ante una botella, más o menos medio llena o más o menos medio vacía, dice: esa botella está al 49,90 % de su de su capacidad. Claro que, con su matemática precisión, esa persona, cien por cien realista, corre el riesgo de aparecer como el más borde de la cuadrilla.
 Aplicando el símil a tantas y tantas animadas tertulias, para no desviarse de lo “políticamente correcto”, ese tal no podrá presumir de realismo y habrá de limitarse  a expresar, según su estado de ánimo: la botella está medio llena, que es tirar para arriba, o está medio vacía, que es tirar para abajo. Con una respuesta, que no compromete a mucho, facilitará el que la discusión sea interminable y de más en más animada.  Ya sabemos que no pocos reputados economistas no pasan de ser profetas del pasado y que, en la mayoría de los caso, no quieren comprometerse demasiado; también es verdad que unos pocos  (entre ellos el maestro Ramón Tamames), a fuer de realistas, sostienen que, “aunque sigue la crisis, el repunte económico del 0,1% registrado en el tercer trimestre pueda ser síntoma del "comienzo del final de la recesión".
 A nadie se le oculta que el fatídico error de querer ignorar la crisis hasta que todo su peso nos cayó encima coincidió con dos factores a cual más determinante: la explosión de la burbuja financiero-especulativa y el arrollador empuje de la Producción de los bienes de consumo en  los países “emergentes”. Por demás, la Unión Europea se ha visto obligada a mantenerse prisionera de la necesidad de que el Euro siga siendo medianamente fuerte frente a otras monedas con no menos peso específico en los intercambios comerciales de la "Aldea Global"
La enorme carga de la crisis sobre las espaldas de todos los españoles se ha reducido un tanto a costa de sacrificios que, al parecer, empiezan a dar sus frutos: entre ellos, una considerable reducción de la llamada “prima de riesgo”, el aumento de las exportaciones y cierta recuperación de la confianza de los grandes inversores.
Claro que aún falta mucho camino por recorrer y, para no desanimarnos, no está de más prestar oídos a personajes de indiscutible relevancia  en el concierto político europeo: Según leemos, Herman Van Rompuy,  presidente del Consejo Europeo, confía en las perspectivas económicas de España para 2014, si bien admite que llevará su tiempo la recuperación del empleo: “"Vamos a notar la mejora a partir del año que viene. La economía se está recuperando, de hecho, ya lo ha empezado a hacer durante 2013, seguirá en 2014 y será aún más fuerte en 2015", ha declarado en una reciente rueda de prensa. También hizo notar “que todos los países de la zona euro, excepto Eslovenia y Chipre, avanzan hacia el crecimiento económico y confió en que los efectos de esta tendencia se dejen sentir en el empleo un poco más adelante”… "Lo importante es que ahora contamos con un mecanismo neutral de supervisión bancaria liderado por el Banco Central Europeo y con un mecanismos de liquidación de entidades en caso de que surjan problemas", declaró convencido.
Por su parte, nuestro presidente, don Mariano Rajoy, con reconocimiento expreso a todos los españoles por  nuestra “comprensión y coraje”,  ha declarado el pasado viernes, día 27 del mes a punto de acabar: "Hoy puedo decir que 2014 será un año mucho mejor, con más actividad y más crecimiento de la economía",
De la recuperación en marcha, según TVE, “Rajoy ha puesto como ejemplo la bajada de la prima de riesgo y el buen ritmo al que crecen las exportaciones, por encima del 6%, además de la inversión extranjera que ha alcanzado un nivel de recuperación del 76% de la tasa interanual”,  lo que significa  que "España ha recuperado la credibilidad en los mercados" y, entre otras buenas cosas,  “España se ha ahorrado este año 8.700 millones de euros de intereses por la bajada de la prima de riesgo y de los costes de financiación”.
Claro que no son logros suficientes para echar las campanas al vuelo, pero sí para seguir trabajando con el afán de mejorar todo lo mejorable, pese a imprevistos nubarrones como la artificiosa e inconstitucional amenaza soberanista del Presidente de la Generalitat Catalana, un desafío, al que don Mariano Rajoy  responde: "Dedicaré todos mis esfuerzos para evitar que los catalanes y el resto de españoles se vean perjudicados por una iniciativa que solo ha conseguido generar incertidumbre, inestabilidad y fractura  social"….“"Esa consulta es contraria a la Constitución, por tanto, no puede celebrarse. Lo que algunos pretenden, y no pueden conseguir, dañaría enormemente a toda España, pero especialmente a Cataluña"... "hay cosas que no se me pueden pedir"  
No van así las cosas  para don Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, el mismo que participó en la génesis del desastre como vicepresidente del anterior gobierno y que ahora, con ignorancia supina de que cualquier recuperación necesita un mínimo de recursos en que apoyarse, se pone en la piel de  los que todo lo ven negro para soltar otra más de las suyas: “no hay más que desigualdad y toneladas de mentiras”, en lo que, según él ha sido "El año de las tres crisis: la económica y social, la política y la territorial". En el papel de quien todo lo ve mal, rematadamente mal, Rubalcaba pide al Presidente que "no se cuelgue medallas que no son suyas" y que "no huya de sus marrones".
Por ventura ¿hay algún español de buena voluntad que crea que el compañero de gobierno del señor Rodríguez Zapatero lo haría mejor que don Mariano Rajoy Brey?
Bien sabemos que, por delante, quedan aún muchos problemas por resolver, de los cuales, sin duda que alguno quedará enrevesado por el camino. 
Pero así ha sido en la historia y puede  que, pese a tales y cuales ajustes, reformas y contrarreformas, a final de 2014, quede aun mucho por enderezar. Ante ello ¿no creéis de rigor que lo que procede es que todos y cada uno de nosotros nos preguntemos ¿qué puedo hacer yo para, sin irme por las ramas de los sueños imposibles, hacer lo que me corresponde para que 2014 sea, efectivamente, mejor que 2013 y, por lo que hemos podido comprobar, mucho mejor que 2012 y alguno más de los años anteriores? 

sábado, 28 de diciembre de 2013

¿DÓNDE ESTÁN LOS VALORES DE LA IZQUIERDA?

En buena medida, mutilamos nuestra capacidad de reflexión cuando pretendemos respaldarla con el marchamo del mercadeo político: ¿es buena una idea si viene respaldada por los valores de la izquierda o, justamente, lo contrario? Ante esa actitud  ¿habremos de recordar  a Ortega y Gasset?  Si lo hacemos, habríamos de aceptar que  
"Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral".
Eso de “hemiplejía moral” lo acuñó Ortega en 1937 para hacer ver cómo es una forma de semi-parálisis intelectual  el refugiarse en dichos y prejuicios de conveniencia clasista para distraer lo que él entendía por responsabilidad política: los asuntos del día a día han de ser tratados como son en realidad y no al amparo de una parcial e interesada versión de tal o cual trasnochada ideología.
Ya en la segunda década del siglo XXI, vemos que, si bien la  “derecha tradicional” prefiere ser vista como punto de equilibrio entre los extremos,  diríamos  que la “ izquierda” con cierto peso en la España de hoy no deja de presumir de conservar posicionamientos, en justicia, calificables de decimonónicos, aunque sin aquella espontánea o “romántica” pasión por los más desfavorecidos que cultivaron algunos que se jugaban la vida por lo que ellos entendían como justicia social: los  que hoy presumen de revolucionarios tienen otra cosa que perder que sus cadenas, constatación que nos lleva a la pregunta objeto de este artículo: ¿Dónde están los valores de la izquierda?
En esta segunda década del siglo XXI no es fácil catalogar los pretendidos valores de la izquierda a no ser que nos esforcemos en descubrirlos a través  de la palmaria ridiculización  de lo que son “sagrados y perennes valores“ para muchos españoles: la fe en un destino trascendente, el respeto a la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural, el valor de la familia tradicional, el amor incondicional al prójimo y tantos otros  avalados por el Evangelio.
Ante esa palmaria ridiculización de lo que, según los cristianos de buena voluntad, realmente importa, cabe pensar que para algunos que se titulan de izquierdas la estudiada deshumanización de la vida personal, familiar y comunitaria favorece el ado­cenamiento general con la consiguiente oportunidad para los avispados comerciantes de voluntades: si yo te convenzo de que es progreso decir que no a viejos valores como la libertad responsable o el amor a la vida de los indefensos, el dejarte esclavizar por el pequeño o monstruoso bruto que llevas dentro... si elimino de tu conciencia cualquier idea de trascendencia espiritual... tu capacidad de juicio no irá más allá de lo breve e inmediato; insistiré en que las posibles decepciones no son más que ocasionales baches que jalonan el camino hacia esa anqui­losante y placentera utopía en que todo está permitido.  Para que me consideres un genio y me aceptes como guía, necesito embotar tu razón con inquietudes de simple animal. Pertinaz propósito mío será romper no pocas de tus “viejas ataduras morales” y en  el hueco de esas “viejas ataduras morales” es preciso presentar monstruosas falacias que “justifiquen” bárbaros comportamientos. Ideólogos no faltan que presentan lo cómodo y fácil como lo único que vale la pena perseguir o que confunden el progreso con cínicas formas de matar a los que aun no han visto la luz (el aborto) o “ya la han visto demasiado” (la eutanasia o “legal” forma de eliminar a ancianos y enfermos de difícil cura).
Otra “expresión” de Progreso quiere verse en la ridi­culización de la familia estable, del pudor o del sentido trascendente del sexo. Se configura así un nuevo catálo­go de “valores” del que puede desprenderse como he­roicidad adorar lo intrascendente, incurrir en cualquier exceso animal, saltarse todas las barreras de la moral natural hasta hacer del egoísmo el más apetecible  de los comportamientos,  presentar al amor estéril como ideal familiar o usar del aborto como un “legítimo derecho” de los padres.
Cuando se llega a esto último, pisoteando al más sagrado de los derechos de todo ser concebido dentro de la familia humana, se incurre en evidente atentado contra el Bien Común puesto que todos y cada uno de nosotros, por el sim­ple hecho de disponer de razón y de irrepetibles virtualidades, representamos un positivo eslabón para el Progreso, el cual, repitámoslo una vez más, se apoya y alimenta en el desarrollo y armonía de las distintas y complementarias capacidades de todos y de cada uno de los seres inteligentes que  poblamos el ancho mundo.
Habría una razón para el voluntario estrangulamiento de la futura proyección de la pareja (noble y natural consecuencia del amor) si ello facilitara una más placentera vida... ¿Quien puede afirmarlo desde la estricta racionalidad? ¿Por qué, entonces, desde las esferas del Poder, se desarrolla la cultura de la “ideal esterilidad del amor”? ¿Por qué, lo que es aun más grave, se facilita la degradación de las madres invitándolas a la pura y simple eliminación del fruto de sus entrañas?
¿Que esto nada tiene que ver con la Política Progresista? Por supuesto que sí: La cabal actitud de un gobernante depende de su escala de valores. Existen valores, repetimos, que la Realidad muestra como imprescindibles al auténtico Progreso y que constituyen un todo compacto de forma que la falta o adulteración de uno de ellos resiente la viabilidad del conjunto. El desprecio a un derecho elemental facilita el camino del desprecio al resto de los derechos...
El proclamado laicismo del estado, del que, como es bien sabido, hace bandera la Izquierda Española,  no puede significar ni un revoltijo ni una síntesis de valores y contra-valores, aunque, en determinada situación, estos últimos logren mayor ruido social:  por encima de prejuicios o intereses de partido, están obligados a discernir entre lo que conviene y no conviene al bien común.
En vergonzante afán de autodefensa, se nos dirá que, a estas alturas de la historia, todo lo de antes ha de ser puesto en  cuarentena; todo no, respondemos nosotros: dejad, al menos, la libertad de responder a la incondicionada voz de la conciencia para calibrar la diferencia entre el ser y el no ser, entre el sacrificarse por el prójimo y el usarlo como cosa sin otro valor que el de la propia conveniencia. Pero, sobre todo, no queráis convencernos de que todo lo que se dice y se piensa tiene el mismo valor, ni, mucho menos, os erijáis en portavoces de lo que  algunos llaman “nueva moral”.
Lo vuestro, como políticos y jueces o como aspirantes a serlo, es la eficaz administración de bienes y servicios velando por la paz  y el bienestar social sin ir más allá del campo de las relaciones entre unos y otros, que ya es bastante en cuanto que de ello depende el que cada uno pueda desarrollar, en libertad y con suficientes recursos materiales, su irrepetible vocación personal.

No es verdad que "un desvarío se puede dominar con un desvarío del mismo estilo”: al fundamentalismo de izquierdas no cabe oponer un fundamentalismo de derechas por mucho que aquellas se inventen sus “valores” y  que parte de éstas  se haya atrevido a comerciar con lo que los cristianos consideran (consideramos) “sagrados y eternos valores”.

martes, 17 de diciembre de 2013

Bye-bye, Mr. Adelson

    Como exclusiva de trascendencia nacional, después de largos meses de discusiones y rumores más o menos fundamentados, la excelente y bien informada periodista  Susana Grisó, en septiembre de 2012, decía en el programa Espejo Público:
    La noticia todavía no se ha anunciado oficialmente, pero en Espejo Público hemos podido confirmar de fuentes fiables, que Sheldon Adelson, magnate del juego, ha tomado la decisión de instalar el macro complejo Eurovegas en Madrid y más concretamente en unos terrenos del término municipal de Alcorcón.
    Sheldon Adelson, de origen judío, con sus ochenta años muy bien llevados y una fortuna que se estima en más de veinte mil millones de dólares, pasa por ser la octava persona más rica de USA. Entre sus obras filan-trópicas, se cita la donación de 25 millones de dólares a la organización sionista Birthright Israel, otro tanto a favor  del Memorial Yad Vashem de Jerusalén y,  al menos, diez millones  para financiar la campaña presidencial del candidato republicano, Mitt Romney, rival de Obama.  
    Dada la perspectiva de creación de  más de doscientos mil puestos de trabajo, era de rigor examinar el asunto desde la estricta perspectiva empresarial y, sin subterráneos trapicheos ni espurias escapadas por lo marginal, tomar en consideración esa formidable oportunidad de empleo masivo que habría sido para Alcorcón la instalación del complejo Eurovegas.
    Cuando todo parecía pertinentemente encauzado, el pasado 13 de diciembre, desde la propia ciudad de Las Vegas,  se lanza el comunicado de que, “después de meses de conversaciones continuadas a varios niveles con el Gobierno de España y de un análisis a fondo (Due Diligence), la empresa Las Vegas Sands Corp. no presentará una propuesta formal de invertir 30 mil millones de dólares en Madrid”.
    Entre otras desequilibradas  exigencias, el señor Adelson pretendía, ni más ni menos, reducir la tributación al juego del 45%  al 1%,  impedir que en Madrid hubiera juego online y ser “indemnizado” en el caso de que los beneficios no fueran los esperados: la  propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, nos ha explicado cómo, a la hora de la verdad, la otra parte pretendía imponer condiciones “fiscales, crediticias, de restricción de entrada a nuevos operadores en el mercado y de blindaje jurídico contrarias a la normativa vigente”.
    A la vista de ello, nos alegramos de que nuestro Gobierno se haya negado a aceptar “peticiones de última hora” que, además de contradecir el entendimiento evidenciado en anteriores encuentros, no tiene precedente en otros países: 
                                      ¡¡Adiós, adiós, señor Andelson!!
   Ojalá que el caso nos sirva a los ciudadanos de Alcorcón para discurrir sobre lo mucho que podemos hacer por nosotros mismos: por ejemplo, darle utilidad a tantos cientos de hectáreas de barbecho en un campo a solo doce kilómetros de la Gran Capital.


viernes, 29 de noviembre de 2013

Hablemos de España y Europa

    El mito del “Rapto de Europa” ha dado para mucho a pintores y escritores de la Cultura Occidental: se cuenta que Europa era una princesa fenicia (y, por lo mismo, con marcadas debilidades por la “moneda”) que, jugando, jugando…, se subió a los lomos de un toro (¿porqué no un antecesor del toro que podemos  ver en las carreteras españolas?), que resultó ser la encarnación de Júpiter o Zeus, el cual  la llevó a la isla de Creta, en donde inició su historia, hará cosa de unos tres mil quinientos años.  Tal vez basándose en las medias verdades cuales suelen ser los mitos, algunos historiadores consideran a Creta  “el primer eslabón de la cadena europea en la Historia de la Civilización”.

    La figura del toro es lo que hoy nos llama particularmente la atención. Lo vemos muy nuestro luego de asegurar que no lo creemos, ni mucho menos, la encarnación de Zeus o Júpiter y sí un símbolo  de esta privilegiada Nación cuyo territorio es asimilado a una piel de toro. A renglón seguido, nos gusta evocar los siguientes versos de la Metamorfosis de Ovidio, referidos a Europa en la grupa de un enamorado toro, que bien puede representar a España:

Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.

    Tras este preámbulo sin otro objeto que el de despertar un ápice de ilusión sobre lo que somos y lo que podemos representar en ese concierto de los pueblos que formamos la Unión Europea, bueno será tomar la realidad del día a día para no perdernos ni en horizontes obscuros ni, tampoco, descuidar el hecho de que, para prosperar en la medida de nuestras posibilidades, la “buena vista”, el trabajo, la generosidad y la libertad son los principales medios: ello quiere decir que la verdadera revolución empieza por uno mismo. Algo que, en parte, empieza a suceder en España.

    Dicho lo dicho, fijemos nuestra atención al hecho de que  en la Unión Europea se empieza a vernos a los españoles  como socios de igual a igual, circunstancia nada baladí si tenemos en cuenta el hecho de que, hace no más de un año,  estábamos poco menos que necesitados de urgente rescate.

    Hoy, en cambio, leemos  en “Europa Press” que  
     La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P) ha confirmado los 'rating' de España (BBB- a largo plazo y A3) a corto plazo, pero ha revisado al alza la perspectiva del país, que pasa de negativa a estable.
      S&P ha explicado que esta decisión es consecuencia de la mejora de la posición exterior de España y de la recuperación "gradual" del crecimiento económico. Además, ha destacado que otros indicadores de la calidad crediticia del país se están estabilizando debido a las reformas estructurales y a las políticas de apoyo de la eurozona.

    A pesar de esa positiva constatación de los mismos que nos han visto al borde del abismo,  seguro que no faltarán los agoreros, los malajes ni los demagogos de siempre para invitar a las revueltas callejeras o a remedios que nada tienen que ver con la Constitución: Realismo y Ponderación son buenas medicinas en las circunstancias actuales. 
   

sábado, 23 de noviembre de 2013

¿HASTA CUÁNDO EL MASIVO DESEMPLEO?

Por demás de la Crisis Económica, el boom de las economías emergentes, la fluidez en desplazamientos y comunicaciones, el despertar de las antiguas colonias, las torpezas o mal comprendidos aciertos de los gobiernos, los palos en la rueda de una oposición irresponsable, el adocenamiento de los sindicatos, et., etc…, en estas primeras décadas del siglo XXI sufrimos las consecuencias de un hecho incuestionable: Hay muchísimas más personas para hacer las mismas cosas cuyo tiempo de fabricación o adaptación requiere de menos en menos tiempo. Al hilo de las nuevas tecnologías, es vertiginoso el cambio de los “medios y modos de producción”: en segundos se fabrican cosas, que tiempo ha, llevaban horas.
Ante tal panorama ¿qué se hace para racionalizar los tiempos de trabajo de forma que, sin dejar de respetar los derechos adquiridos, se facilite la multiplicación de las oportunidades de empleo?  ¿Es de recibo que, sin necesitarlo para mantener esos derechos adquiridos, haya quien trabaje doce o más horas mientras están parados millones de personas con igual capacidad para desempeñar lo mismo? ¿No es escandalizante aplicar miles de millones de euros a prolongar la impaciencia de los que quieren trabajar y cobrar un sueldo en lugar de un subsidio a todas las luces insuficientes? ¿No sería mejor que tales subsidios se aplicasen como complemento de un salario que muchos de los decididos emprendedores no pueden pagar?
Lo dicho nos enfrenta a lo que podríamos llamar principales retos de urgente resolución, como, por ejemplo: sin dejar de respetar los derechos adquiridos de todos los que tienen la suerte de conservar su trabajo, volver a lo de Keynes (medidas de excepción ante intolerables situaciones de desempleo) y aplicar parte de los recursos disponibles a trabajos que requieran abundante mano de obra con exclusivo acceso a ellos de los desempleados (empezando por los de larga duración)  en jornadas de seis o menos horas en dos o más turnos; facilitar los ajustes de horarios a los casos especiales de madres de familia, estudiantes, veteranos trabajadores, etc… Tal como apuntan algunos economistas  ¿Cabe ahí el sustituir el concepto salario-mes por el del salario hora? Uno piensa que, de ser así, resultaría más fácil ponerse de acuerdo en reducciones de jornada, jubilaciones parciales voluntarias, adaptaciones a particulares necesidades de familia, oportunidades para estudiantes… Al respecto, que no se nos diga que ello es una insalvable dificultad administrativa ¿en ésas estamos  cuando la burocracia es reducible a su mínima esencia gracias a la Informática?
En sano y voluntarioso intercambio de pareceres, seguro que son muchas las ideas positivas de todos los que discurren sobre estos temas si, a la hora de la verdad, dejan de irse por las ramas y, desde el simple sentido común, con su mejor voluntad, proponen, escuchan, razonan y deciden, si está en su responsabilidad hacerlo.
Claro que eso es justamente lo contrario de lo que ocurre en tantas reuniones, conciliábulos y tertulias en las que lo que priva es el perverso e imbécil truco demagógico: tú y el otro sois  malos, luego yo soy bueno.

viernes, 27 de septiembre de 2013

ES “RECONFORTANTE” OÍR A RAJOY.

Que es “reconfortante” oír a Rajoy lo ponen en boca de Bill Gates el Mundo y otros periódicos en fecha de hoy, 27 de septiembre de 2013:  
“El cofundador de Microsoft Bill Gates ha elogiado hoy la recuperación económica de España y ha aplaudido la apuesta por la cooperación internacional que ha planteado ante la Asamblea General de la ONU el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Gates, también cofundador de la Fundación Bill and Melinda Gates, ha hecho pública una declaración en la que ha señalado que "no hay duda de que España ha estado atravesando una etapa de extrema dificultad económica". "Pero ya se ven algunos signos alentadores de mejoría", ha añadido el magnate, quien ha dado la bienvenida a los comentarios de Rajoy en su intervención ante la Asamblea de la ONU apostando por la cooperación internacional más allá de 2015, año fijado como meta para los denominados Objetivos del Milenio de Naciones Unidas.
Gates ha dicho que ha sido "reconfortante" oír las palabras del presidente del Gobierno español en favor de un nuevo impulso de España para programas de ayuda bien orientados y en la medida en que la economía se recupere. "El regreso de España al escenario mundial como líder en materia de desarrollo internacional recibirá el beneplácito de las comunidades que esperan beneficiarse de esa inversión para mejorar sus medios de vida", ha añadido Gates”.(El Mundo, 27-09-13)
Para los españoles de a pie es significativa la opinión de un personaje como Bill Gates, caracterizado por ir mucho más allá de la política de vía estrecha: es del dominio público que, siendo el hombre más rico del Mundo, con una fortuna superior a los 70 mil millones de dólares, dedica  una buena parte de su fortuna  y de su tiempo a resolver los problemas más acuciantes de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo: lo hace en perfecta armonía con su mujer Belinda con una inversión superior a los 30 mil millones de dólares   a través de la “Fundación Bill y Melinda Gates” (B&MGF), galardonada con el Premio Príncipe de Asturias 2006 a la Cooperación Internacional.  
Bien sabemos los españoles lo cierto que es eso de que “España ha estado atravesando una etapa de extrema dificultad económica". ¿Seremos capaces de reconocer, en amplia mayoría de ciudadanos responsables, que de una dificultad de ese cariz y amplitud no se sale  de la noche a la mañana, con planes utópicos, revueltas callejeras y exagerado uso de los trucos demagógicos? ¿No es la hora de que la Política de los particularistas y oportunistas deje de ser de vía estrecha y pase a ser realmente constructiva con sus amplias dosis de sentido común y de buena voluntad para superar las deficiencias de tal o cual medida gubernamental,  que (nadie lo duda) puede tener algo mejorable?
Ahora sabemos que la previsión de crecimiento, según la mayoría de los analistas, puede llegar al 1 %, aunque, por una prudencia que es de aplaudir, el Gobierno le fija en el 0,7 % a efectos de presupuestos del próximo año. 
Sigue siendo perentoria la Creación de Empleo. Sobre ello nos permitimos sugerir que se estudien "valientes" fórmulas para que las nuevas oportunidades, en especial, las orientadas a los jóvenes en su primer empleo, lleguen a mayor número de personas; al respecto, cabe esperar que se oriente en ese sentido la  Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, que incluye el Fondo de Garantía Juvenil.

Para "arrimar el ascua a nuestra sardina", como vecino de Alcorcón, termino con un ruego a quien corresponda: Por favor, allanen el camino hacia eso que está en la mente de todos nosotros: la prevista y aún en el aire  inversión en miles de millones de euros con la consiguiente creación  de muchos miles de puestos de trabajo.  

lunes, 9 de septiembre de 2013

MOTIVOS PARA LA ESPERANZA

No se hunde muestro mundo porque Madrid no haya sido votada para las Olimpiadas 2020. Bien sabemos el cúmulo de intereses cruzados y otras zarandajas que hacían difícil lograr los objetivos votos para que nuestra Capital, por mucho que se lo merezca, fuera justamente seleccionada para unos juegos olímpicos que, de seguro, habrían hecho historia.
Para este ciudadano de a pie, ya con muchos años a la espalda, más que la decepción porque no se nos tenga en cuenta en tan importante evento deportivo, lo ocurrido sirve para tomar conciencia de que dependemos de la Providencia y de nosotros mismos para ser lo que podemos ser.
España ha sido y puede ser mucho más de lo que es a poco que rompamos con el pesimismo de los que creen que todo termina en la nada intrascendente y, luego de arrojar al archivo de la mediocridad las muestras de odiosos particularismos radicalmente egoístas, nos dejemos llevar por el poso histórico de tantos y tantos españoles que han abierto nuevos caminos de generosidad y libertad.
¿Es tan difícil dejar de recrearnos en la contemplación del propio ombligo para abrirnos al mundo en un sugestivo de acción en común?
Sugestivo proyecto de acción en común era la posible organización de las Olimpiadas 2020 como ha sido el ganar campeonatos mundiales de fútbol y lo es contar con primeras figuras en el ámbito de la Ciencia, de la Empresa y del Deporte.
También lo es empezar a salir airosos de la pesada crisis que estamos padeciendo… Si ello es así ¿No contamos con motivos suficientes para mirar al futuro con esperanza? Claro que para ello, estamos obligados a tirar por la borda ese pesimismo existencial de los que, jóvenes y viejos, se han dejado y se siguen dejando políticamente atrapar por las paridas intelectuales  de los que se creyeron (y se siguen creyendo) capaces de hacer retroceder más de dos mil años a nuestra propia Historia.


domingo, 18 de agosto de 2013

ENTRE IDEAS, IDEOLOGIAS Y GESTIÓN POLÍTICA EFICAZ

Platón, que vivió cuatro siglos antes de la venida del Hijo de Dios al mundo, estaba obsesionado por descubrir la razón de las cosas y, como mejor explicación, encontró aquello de que cada elemento de este mundo era una especie de sombra de su padre o madre ideal. Detrás vino Aristóteles, que nos dio y sigue dando una lección de realismo al convencernos de que son los sentidos y la propia  reflexión  lo que nos permite conocer una parte de lo que son las cosas y los fenómenos a los que hemos de enfrentarnos en el día a día; no todo, porque, sobre todo en lo que más nos afecta, siempre queda algo difícil de ver, de explicar o de comprender  a las luces de nuestra  razón.
Ése  es un realismo que nos ayuda a la buena utilización de nuestra capacidad de discernimiento y, por lo mismo, a no  fiarnos de lo primero que nos dicen los “ideólogos de oficio” y, porque les llegamos a creer ciegamente o por propia rutina, a no caer en dogmatismos al estilo de todo es materia o basta que yo me imagine algo, idea o cosa, para que ese algo resulte verdadero. Dejemos a esos “ideólogos de oficio” que pierdan su tiempo, pero no el nuestro.
Las positivas ideas sí que son importantes puesto que  pensar para obrar en consecuencia es o  debería ser esencial preocupación de todos y de cada uno de nosotros, máxime cuando nos encontramos ante el dilema de tirar por aquí o por allá a la vista de un negocio, propuesta política o la irrenunciable orientación de nuestra propia vida.
En eso último sí que es fundamental el acertar a distinguir el bien del mal, suprema idea que, queramos o no, marca el camino de la vida a cada uno de nosotros. Luego viene la atención que podemos o no prestar a las ideologías, ese fenómeno en franca decadencia hasta el punto de que son muchos los que las dan por muertas.
Claro que, entre nosotros, aun siguen vivas ideologías que, por extraño que parezca, se alimentan de errores del pasado,  inventan valores que nada tienen que ver con la Ley Natural o, peor aún,  defienden formas de gobernar al estilo de las “eternas dictaduras” de Cuba o Corea del Norte.
Uno piensa que, sin buenas ideas, no se pueden marcar adecuadas reglas de conducta; por lo tanto, bueno será elegir aquellas que nos ayudan a ser felices respetando y haciendo felices a los demás. Las ideologías, en cambio,  no son más que medios para arrastrar votos de confianza y, como tal, suelen dar tanto valor a las verdades como a las apariencias, lo que hace que los aprisionados por ellas sean (seamos) menos libres a la hora de decidir por lo que, en política,  realmente interesa al común de los ciudadanos.
De hecho,  tales ideologías, las más de las veces, no ofrecen más que un conjunto de consignas sin referencia directa a valores morales y con una orientación que, si no se modifica al hilo de los dictados de la historia, además de envejecer, se convierte en la mayor traba del Progreso Real, ese mismo que nace y se alimenta en una gestión política eficaz.

Esto de la gestión política eficaz es lo que, a los ciudadanos de a pie,  realmente nos interesa valorar y exigir a los políticos que requieren nuestra colaboración a la hora de votar. Tanto mejor si  tales políticos no se apoyan en viejas ideologías para ocultar su falta de positivas ideas. 

martes, 13 de agosto de 2013

UN POCO MÁS DE SENTIDO COMÚN EN POLÍTICA

Entre las muchas y variadas definiciones del sentido común, nos quedamos con ésta del escritor francés Max Jacobs: El sentido común es el instinto de la Verdad.
Claro que, a nuestro entender, ese instinto, para no desvariar, ha de alimentarse continuamente de la generosidad y de la libertad, lo que nos lleva a identificar al sentido común con un valor que nos ayuda a ver todo lo que realmente nos interesa con los ojos de una comunidad de personas de buena voluntad, justamente las mismas que hacen todo lo posible por tratar a los demás como ellas quieren ser tratadas.
A decir verdad, casi nunca el sentido común coincide con la opinión pública, sobre todo si se trata de enjuiciar la política que hacemos o nos hacen. También es verdad que raras veces el sentido común coincide con lo que tal o cual político entiende o dice entender por el bien común, sobre todo cuando, más que buscar la razón de tal o cual decisión, de lo que nos preocuparnos es de criticarla o rebatirla, simplemente, porque no es de nosotros o de nuestro partido de donde viene.
Viene todo esto a cuento por la triste impresión que produce la confusión de ideas, los brotes y rebrotes de la recurrente demagogia, las huidas por la tangente o el no expresar lo que se  piensa por que ello no encaja con el decir del propio partido o del medio de difusión que nos paga … 
Pensamos que todo cambiaría si, libres de envidias, odios y prejuicios, todos y cada uno de nosotros, desde el fondo de la propia conciencia y sin mayores luces que las de una normal inteligencia, dejáramos hablar al sentido común para enjuiciar, por ejemplo, la situación política de la España de hoy. De ser así, habríamos de hacernos preguntas al estilo de… ¿es más importante un inconsecuente cotilleo sobre  el arte de  marear la perdiz de un presunto delincuente que el apuntalar lo que esté en nuestra mano para  reforzar la recuperación en marcha o emitir una reflexión que ayude a resolver un grave y acuciante problema?

Uno piensa que el sentido común está absolutamente reñido con el comportamiento de ese político en el que te hacen pensar las precedentes reflexiones. A saber si lo que realmente le preocupa es la posibilidad de perder votos porque los más acuciantes problemas terminan resolviéndose para bien de todos y cada uno de nosotros.  

domingo, 14 de julio de 2013

CARTA ABIERTA A JUAN ESPAÑOL

No me tengo ni por más ni por menos que tú, pero te juro que, desde que tengo uso de razón (ya estoy cerca de los ochenta), no he comulgado nunca con ruedas de molino.
Me decían, allá por los cincuenta del siglo pasado, que el comunismo era la gran esperanza contra el franquismo y, luego de estudiarle aquí y allá durante unos cuantos años, quedé convencido de que eso no era verdad: a la vista está la Cuba de hoy frente a la España del "Fuero del Trabajo" y de los “Planes de Desarrollo”.
Vino la Democracia, que nos colocó ante la necesidad de ligar la libertad política con la responsabilidad personal y veo con enorme satisfacción que, con un poquito de reflexión, podemos ver por nosotros mismos la mejor solución a la hora de votar y que, si nos equivocamos una vez, podemos rectificar a la siguiente. Pero sí que me preocupa que, a partir  del momento en que la votación de todos da el resultado que da, muchos de nosotros se conviertan o  nos convirtamos en simple eco de las palabras, palabras y más palabras, casi siempre muy bien manejadas por quien se dedica a la política sin mayor preocupación que la de ver cómo disfraza de verdad a sus grandes mentiras.
¡¡No y no!!: por nada de nada, los españoles de a pie podemos permitir que se falsee la verdad.
Claro que, en múltiples ocasiones, la verdad está oculta, muy oculta en una inmensa maraña de conveniencias políticas; pero la verdad sigue allí y, como apuntó Paul Cladel, no depende en absoluto del número de personas a las que convence.
Dicho esto, creo de lugar constatar que a mí sí que me convence la verdad de nuestro Presidente, el señor Rajoy. Digo esto a conciencia de que son muchos los que se dejan llevar por el cúmulo de medias verdades, falsedades y tonterías que llenan tal o cual espacio periodístico o tertulia, pero, querido Juan Español ¿no crees que una tontería, aunque la repitan millones de bocas, no deja de ser tontería?

martes, 28 de mayo de 2013

HABLEMOS DE AZNAR

Don José María Aznar López fue lo que ahora es Don Mariano Rajoy Brei: Presidente del Gobierno de España. Ésa es substancial diferencia en la realidad española de hoy. Aquel gobernó y éste gobierna. Aquella fue su circunstancia y la de la época en la que le tocó gobernar. Obvio es reconocer que lo de hoy es substancialmente diferente.
Tales perogrulladas nos llevan al meollo de la cuestión para, de seguido, formular otra perogrullada más: una cosa es lo que se desea hacer y otra muy distinta lo que se puede hacer.
Dicho todo ello, nos atrevemos a formular algunas preguntas a quien no dejamos de reconocer grandes cualidades explícitamente demostradas en su paso por el Gobierno de España: ¿cree usted que es éste el momento de hacer escuela sobre lo que pudo haber sido y no lo fue? En su época ¿era España tan dependiente como ahora de la premiosa burocracia europea? ¿Existía el desmadre de algunos particularismos regionales? ¿Sufríamos los españoles las consecuencias de un desgobierno y despilfarro colosal que nos llevó al punto límite de ser intervenidos por los llamados “hombres de negro”? ¿Empezó usted con unas cuentas del Estado arteramente alteradas, lo que, a no dudarlo, su sentido de la realidad le habría obligado a desdecirse de muchas promesas hechas en muy distintas circunstancias?
Somos muchos los de su Partido que reconocemos que, gracias a usted, España recuperó con creces el prestigio perdido en la previa etapa socialista y, claro que sí, que todo en España parecía enderezarse y caminar hacia un progreso a la altura de los tiempos. Precisamente por ello  esperamos de usted que siga viendo los intereses de España por encima de cualquier otra consideración y, en razón de ello, no deje nunca de sopesar lo que se debe hacer con lo que se puede hacer, esto último según los tiempos y la óptica personal de quien hoy tiene la máxima responsabilidad de la recuperación de España. Así lo quisieron la mayoría de los españoles hace apenas año y medio.  ¿Resultados?  No creemos que haya peligro inminente de intervención de los “hombres de negro” como parecía inevitable hace un año.

jueves, 9 de mayo de 2013

DESDOBLAR NUEVOS EMPLEOS PÚBLICOS Y MUCHO MÁS


Leemos que “la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, afirma que con la propuesta del Ejecutivo de repartir el trabajo en los nuevos contratos de la Administración foral se hará posible que con el mismo coste haya más personas trabajando en este difícil momento".
 Creemos que es una medida  que hay que aceptar como imprescindible en la actual situación: tanto, tanto que, a nuestro entender,  debería hacerse extensible a todas las nuevas oportunidades de empleo en todos los ámbitos de la actividad económica teniendo en cuenta todas las excepciones que requiera  el carácter del puesto de trabajo a cubrir  y, por supuesto, las diversas circunstancias de  tiempo y lugar:
Sería  una forma de abordar con realismo una crisis que, queramos reconocerlo o no, va para largo en cuanto que, a la falta de recursos económicos para recuperar  desaparecidas situaciones, se añade tanto la presión exterior como el radical cambio en los medios y modos de  vivir y trabajar: si nos detenemos a reflexionar sobre lo que ocurre en muchos de los ámbitos de la actividad económica , vemos que lo que hace unos años requería X horas de trabajo ahora se hace o puede hacerse en X partido por dos o mucho más.
 ¿Qué está haciéndose  al respecto? Poco más que nada y ello con seis millones de parados para los cuales no sería la peor de las soluciones el reincorporarse al tren de la productividad en base a eso que se llama  desdoblamiento de nuevos empleos…, también en la Empresa Privada ¿por qué no? 
En este punto cabe preguntarse ¿no es igualmente posible dar facilidades  para reducir la jornada de trabajo a todos aquellos empleados públicos y privados que, por tal o cual causa, desearían trabajar menos horas para atender la familia, proseguir su formación o disfrutar de un merecido ocio, ello, claro está, cobrando en proporción y sin pérdida de los derechos adquiridos?  El que esto escribe piensa que ello no requiere más que leves “burocráticas disposiciones” con el resultado de que, muy probablemente, se verán  beneficiados empleadores y empleados con nuevas vías de ingresos para las arcas públicas. 
Ya en el comienzo de la “Transición”,  reputados economistas y sociólogos  sostenían la necesidad de acompasar  la jornada laboral legal con el progreso de la tecnología productiva de forma que, si ello no se llevaba a efecto, la cifra de parados llegaría a ser absolutamente dramática: apuntaban la conveniencia de ir reduciendo paulatinamente el “reglamentario” número de horas semanales con la consiguiente proporción en los costos salariales y el resultado de  adaptar las oportunidades de empleo a la marcha de la historia. Junto con la posibilidad de hacer realidad eso de  dar facilidades  para reducir la jornada de trabajo a todos aquellos empleados públicos y privados que, por tal o cual causa, desearían trabajar menos horas…¿no es ése el camino para evitar la lacra del desempleo que, además de traer la ruina a tantas y tantas familias, nos lleva a la conclusión  de un puro y simple fracaso existencial?
Bienvenida pues la actitud de Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra.  Tanto mejor si ello significa el inicio de  un camino hacia  una rigurosa adaptación de nuestras Administraciones Públicas a las exigencias de los nuevos tiempos.

lunes, 29 de abril de 2013

NI VUELTA ATRÁS, NI CASTILLOS EN EL AIRE


Desde un encabritado secretario general de la decadente oposición hasta algún muy famoso periodista que, subido al pedestal de las grandes audiencias, sueña con un mundo a su medida, muchos son los que critican y critican haga lo que haga el Gobierno, sobre todo si una superficial interpretación facilita el exabrupto o la gratuita divagación. Triste consecuencia de ello es que el ciudadano de a pie termina por refugiarse en el más estéril de los pasotismos cuando no se deja llevar por  las desabridas voces de la calle o por las consignas de los que hacen política como el que juega a la petanca tirando a dar y nada más que tirando a dar.
A poco que discurramos sobre lo que ha hecho el Gobierno en los últimos diecisiete meses, habremos de reconocer que le situación de hoy es bien distinta que la heredada gracias a un “Plan Nacional de Reformas” orientado al crecimiento a partir del previo saneamiento de las cuentas públicas, hechas unos verdaderos zorros en la etapa socialista. No es de recibo el intento de agravar la enfermedad con más deuda o, como sugieren los más irresponsables, dejando de pagar lo que se debe: sería una vuelta atrás de la que solamente se sale siguiendo el camino de Cuba o de Corea del Norte con la subsiguiente universalización de una  progresiva miseria: mal de todos, consuelo de tontos. Tampoco lo es el hacer creer que un “castillo en el aire” es buen cobijo contra la desesperanza.
Prudencia, generosidad, libertad y sentido común son valiosos ingredientes para no desvariar, mientras que, para no desesperar, bueno es reconocer que vamos por el buen camino al tener en cuenta cómo el Gobierno está dispuesto a seguir reduciendo el gasto público,  está volviendo la inversión exterior a España, la racionalización del sistema financiero favorecerá la fluidez del crédito a familias y empresas,  la bajada histórica de la prima de riesgo adelanta la recuperación económica, se  está arreglando lo que hizo el PSOE con las preferentes…
Claro que cabe preguntar ¿volveremos a razonables niveles de empleo cuando la crisis pierda su actual virulencia?  A fuer de sinceros, responderemos que, a pesar de que todo se enderece como cabe esperar,  habrá que hacer algo más para que la lacra del desempleo deje de ser un drama nacional.
Ese algo más está en la línea de lo que venimos diciendo en repetidas ocasiones y tratamos ampliamente en el libro “Trabajo para todos en tiempos de crisis”:  No puede haber pleno empleo cuando, gracias a la imparable revolución tecnológica,  las cosas a producir requieren cada vez menos tiempo y menos participación de la acción manual,  ello sin tener en cuenta la creciente competencia de las llamadas economías emergentes.
Lo dicho: en la medida de la responsabilidad y las posibilidades de todos y cada uno de nosotros, abordemos la situación "sin vuelta atrás" y sin “levantar castillos en el aire”. 

sábado, 20 de abril de 2013

ODIO, DEMAGOGIA Y DINERO, MUCHO DINERO


¿No es verdad que eso de que “ellos son malos, luego nosotros somos los buenos” es el principal o único argumento de los que quieren arreglar un problema volviendo todo patas arriba? ¿Veis alguna razón para los que, desde la oposición, en lugar de apuntar tal o cual positiva sugerencia, se hagan eco de esa ola de odio y demagogia que tiñe de estúpida regresión las calles de nuestras ciudades?
Fácil ha sido lograr un montón de positivas respuestas a la pregunta de si queremos que se resuelva el problema de los desempleados que se quedan sin casa porque no pueden pagar la hipoteca: ésa era la cuestión, aunque se formulase con otras palabras. Lo que no es de recibo es apoyarse en un apunte de justicia y sentido común por parte de las personas de buena voluntad para intentar derribar el edificio de la estabilidad social ni, mucho menos, para desgañitarse en hacernos ver que la paja en el ojo ajeno es una plaga bíblica mientras la viga en el propio soluciona todos los males por aquello de que “destruir es una forma de crear”. Y ya el colmo nos llega cuando, con torticeros medios que no sabemos quién paga, se intenta cercar al Centro de la Soberanía Popular, dirigir los peores insultos a quienes defienden la salida de la crisis por caminos de orden, libertad y plena dedicación o aterrorizar a gentes inocentes… sin otro argumento que lo dicho: él es malo, luego yo soy bueno (o buena).
Sin duda que puede aspirar a Presidente del Gobierno cualquiera de los que se meten en política, especialmente, el que cuenta con millones de votos; pero ¿cree lograrlo perdiendo posiciones de moderación y aplicando su inteligencia a enfangar los caminos de solución? Pobres de nosotros si prestamos credibilidad al que maneja con artero oportunismo las ingenuidades de los que menos reflexionan.
Nadie puede ni debe ocultar que pasamos por una difícil recesión cuyos más dramáticos efectos son los millones de desempleados y el empobrecimiento de los más débiles.  Todos conocemos el origen de ello y todos sabemos muy bien que, para salir delante de un problema como el nuestro, huelgan los odiosos argumentos y las palabras vacías para dar paso a lo que podemos muy bien llamar un Plan de Recuperación Nacional.
Algunos creemos que la Recuperación ya está en marcha y que lo que procede para la mayoría de los ciudadanos es un mínimo de sentido común en el análisis sobre lo que se está haciendo aunque, para un juicio certero, no nos hagan ningún favor los que corean como “Voz del Pueblo esos minoritarios griteríos de odio y demagogia alimentados por dinero, mucho dinero, que a saber de dónde viene.