domingo, 24 de marzo de 2013

¿ES LA POLÍTICA ENEMIGA DE LA INTELIGENCIA?


No y mil veces no cuando, sin tapujos ni rodeos, el político por vocación (y puede que también de oficio) se ve a sí mismo como libre y generoso servidor del Bien Común. Claro que, para nuestra desgracia, no todos los políticos de oficio lo son por vocación; tanto peor cuando, como sucede en España, el ejercicio de la política está mucho más abierto  para los que acertaron o aciertan a subir con un ocasional bagaje retórico al tren de las oportunidades ideológicas (tengan o no tengan fuste racional) y a los que no saben más que decir sí a todo lo que el de arriba les propone, que para los ciudadano libres de prejuicios y con probados deseos de ser útiles a sus compatriotas sin distinción de clases, razas, religiones …, pero también con la prudencia necesaria para no dejarse liar por los que más gritan al albur de tal o cual problema cuya solución no requiere más que recursos suficientes y sentido común.
Nadie puede negar que la herencia recibida mantiene en España ciertas barreras  que solamente con trabajo, recursos suficientes, buen tino y probada voluntad de no volver atrás  se resolverán. En el proceso de resolución sobra el derrotismo y, sobre todo, el sacar las cosas de quicio, que es, precisamente, lo que hacen unos pocos vocingleros (incluida la personita en la que todos estamos pensando),  que se han hecho dueños de las calles y con su política torpedean la inteligencia de los que  menos discurren: si tonto es intentar tapar una fosa abriendo otra fosa mayor, el colmo de la ingenuidad es seguir a alguien que no hace otra cosa que gritar y mentir. Frente a ello cabe la esperanza de que, a pesar de tanta ruidosa y torticera demagogia, siga la racha de la buena gestión.
Cambiemos de tercio: se diga lo que se diga, latente sigue en España el problema del terrorismo, cuya faceta de muerte y desolación sigue al acecho mal encubierta por la nebulosa de inoportunas permisividades y que, por razones de “conveniencia política”, juega a vestirse con piel de cordero. Es cuando, tirando por la calle de en medio, puede oírse en uno de los parlamentos regionales de la España de todos algo así como que matar por matar es una cuestión política.
¿Es posible que siga en activo quien, en uso de  su cargo, hace de la política una alcahueta del crimen? Digámoslo alto y claro: La Política, en esencia y muy bien definida por Aristóteles, es  el arte de edificar la paz y la prosperidad entre las personas; son los que usan la política para algo muy distinto (lograr complicidades en el cultivo de sus bajas pasiones, por ejemplo)  los verdaderos enemigos de una normal inteligencia.  

martes, 5 de marzo de 2013

ESPAÑA NECESITA DISTINTA OPOSICION


El pasado, pasado está, las cosas son como son, lo que se hace siempre se puede hacer mejor, no es lo mismo predicar que dar trigo, más eres tú…, etc., etc., hasta mil y una obviedades como respuesta a las mil y una críticas, sin duda que muchas de ellas con razón aunque, la verdad sea dicha, poco o nada constructivas. Seamos serios y empecemos a ver todo lo que sucede en España como un conjunto de problemas a resolver, todos a una y desde la parte que nos toca.
Queramos o  no queramos reconocerlo, el Gobierno lleva hecho  lo suyo en los catorce meses que lleva gobernando ante una situación a punto de catástrofe: en lo económico, en lo de la relatividad moral (no es lo mismo lo natural que lo antinatural), en lo institucional (ya está bien de particularismos cainitas) y, también, en lo de aportar soluciones ante actuales y posibles casos de flagrante y monumental corrupción. Claro que a él le corresponde la mayor parte de responsabilidad en la  corrección de todo lo corregible; pero en actitudes y formulación de leyes sí que es de justicia esperar una constructiva oposición, sobre todo, cuando está claro que ello redunda en beneficio de sí mismo y del propio partido o ¿es que creemos que la prosperidad o bien común no requiere esfuerzo personal alguno por que, sin más ni más, viene del cielo o “surge del suelo como los champiñones”, que dirían los viejos revolucionarios?  
Señor don Alfredo Pérez Rubalcaba,  Jefe de la Oposición como Secretario General del Segundo Partido Político a escala nacional.  En una situación tan compleja y difícil como la actual, también de usted depende una parte de la solución.
Somos muchos a quienes gustaría  dejase usted de marear la perdiz con ocurrencias más o menos ingeniosas pero que de nada sirven para enderezar torcidas situaciones y, sin renunciar para nada a sus aspiraciones ni tampoco a lo substancial de su ideología, ponga en práctica lo mucho que usted sabe y puede hacer para frenar la destrucción de empleo y ayudar a  la mejor vertebración de España, remontar la pendiente de la crisis, recuperar el prestigio internacional….
Sabe usted muy bien que España tiene problemas más graves que el caso Bárcenas, que, dicho sea de paso,  ya está en el lugar que le corresponde, es decir, en  los tribunales: Apunte usted, si es que lo tiene in mente, más contundentes medios para hacer fluir ese crédito que necesitan los emprendedores capaces de crear los millones de puestos de trabajo que necesitamos, sistemas para gastar menos y garantizar la continuidad del “estado de Bienestar”, poner orden en los desintegradores particularismos, etc., etc.,
Seguro que usted sabe y puede colaborar en la adecuada solución de tantos y tantos problemas, sin que, por ello, pierda el carácter de Jefe de la Oposición como Secretario General de un Partido tan importante como el suyo.  Todos los españoles se lo agradeceremos muy cordialmente.