¡Qué fácil y tontorrón
es hablar por hablar cuando no por
ocultar que seguimos en la inopia en
todo lo que se refiere a constructivas y viables ideas! Para muchos (y muchas)
es la forma de desahogarse cuando se es
político (o política) de profesión, se tienen mínimas posibilidades de ejercer
responsabilidades de gobierno, se ve obligado (u obligada) a expresar lo que se
entiende por buena gestión democrática y, a falta de algo substancial de
cosecha propia, se hace fuerte en la siguiente absolutamente estúpida
presunción: yo soy bueno porque tú eres malo.
Si creemos al que se hace fuerte en tamaña
majadería es porque no nos importa comulgar con ruedas de molino
Viene esto a cuento
porque oímos y volvemos a oír eso tan socorrido y tan repetido por políticos y
políticas de profesión (perdón por la reiterada superficialidad) de que don
Mariano Rajoy, actual Presidente del Gobierno, lo está haciendo mal, muy mal…, incluso peor que
su antecesor, el mismo que nos llevó al borde del precipicio en lo económico,
en lo social e, incluso, en lo moral.
El que esto escribe ni
vive ni aspira a vivir de la política, pero sí que se considera un ciudadano
responsable y, como tal, no quisiera ser víctima de la palabrería de los que
dicen ser capaces de arreglar el mundo sin otro argumento del de hablar por
hablar. En razón de ello, cuando el que esto escribe oye a la portavoz del PSOE
decir que su ejecutiva ha decidido romper con el PP porque no hace nada como
tiene que hacerse, se pregunta ¿hasta ahora y teniendo por delante tantas cosas qué hacer ante los problemas que
ellos mismos nos han dejado, han colaborado los socialistas en algo substancial
para aminorar la deuda y apuntar mejores soluciones? Su secretario general ¿ha
hecho algo distinto a echar balones fuera o distraer al personal sobre sus
directas responsabilidades? ¿no sería mejor, muchísimo mejor y más de
agradecer, entonar un sincero mea culpa y arrimar el hombro, aunque solamente
fuera para demostrarnos que está de parte de los que creemos que para arreglar
un estropicio hay que saber y querer?
Dicho lo dicho,
permitidme que os transmita una vez más mi convencimiento de que nuestro actual
Presidente sabe lo que tiene que hacer y aplica su firme voluntad para llevarlo
a cabo, aunque tantas veces tenga que elegir, entre dos opciones, aquella que,
según su criterio, menos perjudica al total de los españoles, aunque ello aparezca en tantas
y tantas tertulias como la preferida por tal o cual grupo social. No sé quien
dijo y yo repito: gobernar bien es el arte de lo posible, no perseguir lo deseable
sin raíces en la Realidad, sea ello en economía, posibilidades legales o
caminos de mejor entendimiento entre personas
y territorios.
Otra cosa es perdernos en
laberintos de palabras, palabras y más palabras al dictado de quienes
todo lo dicen para que, sin nada que lo demuestre, los consideremos mejores de los que ahora nos
gobiernan, aunque el reciente pasado esté ahí para demostrarnos justamente lo contrario.
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