Es por
imperativo moral por lo que hoy me atrevo a sugerir un remedio de urgencia a la
sangría del desempleo. Quiero creer y creo que el gobierno del señor Rajoy está
haciendo lo que debe y puede para recuperar la confianza de emprendedores e inversores, cuestión
imprescindible para salir del atolladero en el que nos han dejado los sucesivos
gobiernos de los señores Zapatero y
Rubalcaba, Rubalcaba y Zapatero.
De la
herencia que está ahí, lo más sangrante e intolerable es el progresivo
desempleo que, además de la ruina económica para cientos de miles de familias
degrada a tantos y tantos condenados al
ocio involuntario con la terrible consecuencia de que éste se puede convertir
en voluntario por tiempo indefinido. Ante ello, uno piensa que cabe hacer algo más que las necesarias y urgentes "reformas estructurales": este algo no requiere más que un simple plumazo del BOE.
A riesgo de
caer irremisiblemente en la “incorrección política”, lo que hoy
me atrevo a sugerir como remedio de urgencia a la sangría del desempleo
ha de aplicarse en dos series de medidas: la primera consistirá en que los costos
salariales de las empresas tengan una reducción inversamente proporcional al
número de empleados que tienen o proyectan tener en nómina; la segunda es que,
apoyándose en la inmediata sustitución del concepto salario mes por el salario
hora en todos los ámbitos de la economía nacional, a la par que se favorece la
mayor precisión entre emolumentos y presencia productiva, se incrementen todo
lo que se puedan incrementar las posibilidades de que las nuevas oportunidades
de empleo, que, seguramente, surgirán en cuanto pueda fluir de nuevo el
crédito, beneficien a mayor número de personas; ello añadido a una envidiable
situación en la que veteranos trabajadores, amas/amos de casa con acuciantes
cargas familiares, amigos del pluriempleo, estudiantes y demás… se apunten a
reducir tal o cual jornada de trabajo conservando los derechos adquiridos y sin que ello afecte a la productividad de sus
respectivas empresas, algunas de las cuales podrían cambiar la estructura
productiva introduciendo en ella dos o más turnos.
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