Nos
gustaría abordar 2014 con irrebatible realismo: sin duda que realista es una
persona que, ante una botella, más o menos medio llena o más o menos medio vacía, dice: esa
botella está al 49,90 % de su de su capacidad. Claro que, con su matemática precisión, esa
persona, cien por cien realista, corre el riesgo de aparecer como el más borde
de la cuadrilla.
Aplicando
el símil a tantas y tantas animadas tertulias, para no desviarse de lo
“políticamente correcto”, ese tal no podrá presumir de realismo y habrá de
limitarse a expresar, según su estado de ánimo: la botella
está medio llena, que es tirar para arriba, o está medio vacía, que es tirar
para abajo. Con una respuesta, que no compromete a mucho, facilitará el que la
discusión sea interminable y de más en más animada. Ya
sabemos que no pocos reputados economistas no pasan de ser profetas del pasado y que, en la mayoría de los caso, no quieren comprometerse demasiado;
también es verdad que unos pocos (entre ellos el maestro Ramón Tamames), a fuer de
realistas, sostienen que, “aunque sigue la crisis, el repunte económico del
0,1% registrado en el tercer trimestre pueda ser síntoma del "comienzo
del final de la recesión".
A
nadie se le oculta que el fatídico error de querer ignorar la crisis hasta que
todo su peso nos cayó encima coincidió con dos factores a cual más
determinante: la explosión de la burbuja financiero-especulativa y el
arrollador empuje de la Producción de los bienes de consumo en los países “emergentes”. Por demás, la Unión
Europea se ha visto obligada a mantenerse prisionera de la necesidad de que el Euro siga siendo
medianamente fuerte frente a otras monedas con no menos peso específico en los intercambios comerciales de la "Aldea Global"
La enorme carga de la crisis sobre las espaldas de todos los españoles se ha
reducido un tanto a costa de sacrificios que, al parecer, empiezan a dar sus
frutos: entre ellos, una considerable reducción de la llamada “prima de
riesgo”, el aumento de las exportaciones y cierta recuperación de la confianza
de los grandes inversores.
Claro
que aún falta mucho camino por recorrer y, para no desanimarnos, no está de más
prestar oídos a personajes de indiscutible relevancia en el
concierto político europeo: Según leemos, Herman Van Rompuy, presidente del
Consejo Europeo, confía en las perspectivas económicas de España para
2014, si bien admite
que llevará su tiempo la recuperación del empleo: “"Vamos a notar la
mejora a partir del año que viene. La economía se está recuperando, de hecho,
ya lo ha empezado a hacer durante 2013, seguirá en 2014 y será aún más fuerte en 2015",
ha declarado en una reciente rueda de prensa. También hizo notar “que todos
los países de la zona euro, excepto Eslovenia y Chipre, avanzan hacia el
crecimiento económico y confió en que los efectos de esta tendencia se dejen
sentir en el empleo un poco más adelante”… "Lo importante es que
ahora contamos con un mecanismo neutral de supervisión bancaria liderado por el
Banco Central Europeo y con un mecanismos de liquidación de entidades en caso
de que surjan problemas", declaró convencido.
Por
su parte, nuestro presidente, don Mariano Rajoy, con reconocimiento expreso a
todos los españoles por nuestra “comprensión y coraje”, ha declarado el pasado viernes, día 27 del mes a
punto de acabar: "Hoy puedo decir que 2014 será un año mucho
mejor, con más actividad y más crecimiento de la economía",
De
la recuperación en marcha, según TVE, “Rajoy ha puesto como ejemplo la bajada
de la prima de riesgo y el buen ritmo al que crecen las exportaciones, por
encima del 6%, además de la inversión extranjera que ha alcanzado un nivel
de recuperación del 76% de la tasa interanual”, lo que
significa que "España ha recuperado la credibilidad en los
mercados" y, entre otras buenas cosas, “España se ha ahorrado este año 8.700
millones de euros de intereses por la bajada de la prima de riesgo y de
los costes de financiación”.
Claro
que no son logros suficientes para echar las campanas al vuelo, pero sí para seguir
trabajando con el afán de mejorar todo lo mejorable, pese a imprevistos
nubarrones como la artificiosa e inconstitucional amenaza soberanista del
Presidente de la Generalitat Catalana, un desafío, al que don Mariano
Rajoy responde: "Dedicaré todos mis esfuerzos para
evitar que los catalanes y el resto de españoles se vean
perjudicados por una iniciativa que solo ha conseguido generar
incertidumbre, inestabilidad y fractura social"….“"Esa consulta
es contraria a la Constitución, por tanto, no puede celebrarse. Lo que algunos
pretenden, y no pueden conseguir, dañaría enormemente a toda España, pero
especialmente a Cataluña"... "hay cosas que no se me pueden
pedir"…
No
van así las cosas para don Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general
del PSOE, el mismo que participó en la génesis del desastre como vicepresidente
del anterior gobierno y que ahora, con ignorancia supina de que cualquier
recuperación necesita un mínimo de recursos en que apoyarse, se pone en la piel de los que todo lo ven
negro para soltar otra más de las suyas: “no hay más que desigualdad y
toneladas de mentiras”, en lo que, según él ha sido "El año de las tres
crisis: la económica y social, la política y la territorial". En el papel de quien todo lo ve mal, rematadamente mal, Rubalcaba pide al Presidente que "no se cuelgue medallas que no son suyas" y que
"no huya de sus marrones".
Por
ventura ¿hay algún español de buena voluntad que crea que el
compañero de gobierno del señor Rodríguez Zapatero lo haría mejor que don Mariano Rajoy Brey?
Bien
sabemos que, por delante, quedan aún muchos problemas por resolver, de los
cuales, sin duda que alguno quedará enrevesado por el camino.
Pero así ha sido en la historia y puede que, pese a tales y cuales ajustes, reformas y contrarreformas, a final de 2014, quede aun mucho por enderezar. Ante ello ¿no creéis de rigor que lo que procede es que todos y cada uno de nosotros nos preguntemos ¿qué puedo hacer yo para, sin irme por las ramas de los sueños imposibles, hacer lo que me corresponde para que 2014 sea, efectivamente, mejor que 2013 y, por lo que hemos podido comprobar, mucho mejor que 2012 y alguno más de los años anteriores?
Pero así ha sido en la historia y puede que, pese a tales y cuales ajustes, reformas y contrarreformas, a final de 2014, quede aun mucho por enderezar. Ante ello ¿no creéis de rigor que lo que procede es que todos y cada uno de nosotros nos preguntemos ¿qué puedo hacer yo para, sin irme por las ramas de los sueños imposibles, hacer lo que me corresponde para que 2014 sea, efectivamente, mejor que 2013 y, por lo que hemos podido comprobar, mucho mejor que 2012 y alguno más de los años anteriores?
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