martes, 4 de septiembre de 2012

LIBRÉMONOS DE COMULGAR CON RUEDAS DE MOLINO


¡Qué fácil y tontorrón es  hablar por hablar cuando no por ocultar  que seguimos en la inopia en todo lo que se refiere a constructivas y viables ideas! Para muchos (y muchas) es la forma de desahogarse  cuando se es político (o política) de profesión, se tienen mínimas posibilidades de ejercer responsabilidades de gobierno, se ve obligado (u obligada) a expresar lo que se entiende por buena gestión democrática y, a falta de algo substancial de cosecha propia, se hace fuerte en la siguiente absolutamente estúpida presunción: yo soy bueno porque tú eres malo.
Si  creemos al que se hace fuerte en tamaña majadería es porque no nos importa comulgar con ruedas de molino  
Viene esto a cuento porque oímos y volvemos a oír eso tan socorrido y tan repetido por políticos y políticas de profesión (perdón por la reiterada superficialidad) de que don Mariano Rajoy, actual Presidente del Gobierno,  lo está haciendo mal, muy mal…, incluso peor que su antecesor, el mismo que nos llevó al borde del precipicio en lo económico, en lo social e, incluso, en lo moral.
El que esto escribe ni vive ni aspira a vivir de la política, pero sí que se considera un ciudadano responsable y, como tal, no quisiera ser víctima de la palabrería de los que dicen ser capaces de arreglar el mundo sin otro argumento del de hablar por hablar. En razón de ello, cuando el que esto escribe oye a la portavoz del PSOE decir que su ejecutiva ha decidido romper con el PP porque no hace nada como tiene que hacerse, se pregunta ¿hasta ahora  y teniendo por delante  tantas cosas qué hacer ante los problemas que ellos mismos nos han dejado, han colaborado los socialistas en algo substancial para aminorar la deuda y apuntar mejores soluciones? Su secretario general ¿ha hecho algo distinto a echar balones fuera o distraer al personal sobre sus directas responsabilidades? ¿no sería mejor, muchísimo mejor y más de agradecer, entonar un sincero mea culpa y arrimar el hombro, aunque solamente fuera para demostrarnos que está de parte de los que creemos que para arreglar un estropicio hay que saber y querer?
Dicho lo dicho, permitidme que os transmita una vez más mi convencimiento de que nuestro actual Presidente sabe lo que tiene que hacer y aplica su firme voluntad para llevarlo a cabo, aunque tantas veces tenga que elegir, entre dos opciones, aquella que, según su criterio, menos perjudica al total de  los españoles, aunque ello aparezca en tantas y tantas tertulias como la preferida por tal o cual grupo social. No sé quien dijo y yo repito: gobernar bien es el arte de lo posible, no perseguir lo deseable sin raíces en la Realidad, sea ello en economía, posibilidades legales o caminos de mejor entendimiento entre personas  y territorios.
Otra cosa es perdernos en laberintos de palabras, palabras y más palabras al dictado de quienes todo lo dicen para que, sin nada que lo demuestre,  los consideremos mejores de los que ahora nos gobiernan, aunque el reciente pasado esté ahí para demostrarnos  justamente lo contrario. 

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