sábado, 18 de agosto de 2012

RAZON HISTÓRICA Y MIRADA HACIA ADELANTE


Lo más útil y motivante para el ciudadano de a pie, que ni vive ni piensa vivir de la Política, es que no le confundan con estériles y particularistas debates desde posiciones encontradas y sin otro objeto que el de mantener, incrementar o recomponer la audiencia por parte de los organizadores de las tertulias, algunas de las cuales van “descubriendo el plumero” sobre ocultas preferencias.
Este ciudadano de a pie, que ni vive ni piensa vivir de la Política, para no desvariar en la perspectiva de las actuales circunstancias, se pega más cada día a la “Razón Histórica” de España, en la que, no del todo conforme con la teoría de Ortega y Gasset, ve la “Razón Evangélica” como elemento que, bajo ningún concepto, se puede marginar. Si a ello le añadimos lo que un gobierno responsabilizado y responsable entiende como “Razón de Estado”, razones de peso hemos de conceder a sus actuaciones respecto al Terrorismo.   
Viene esto a cuento porque, además de la traviesa y anacrónica aventura de Sánchez Gordillo, lo que priva en ésta o en aquella tertulia de este “Ferro agosto” español es la difícil resolución sobre la libertad en tercer grado del desahuciado terrorista Josu Uribetxeberria Bolinaga, despiadado secuestrador y carcelero de  Ortega Lara.
Según se nos dice, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha concedido al desahuciado terrorista ese tercer grado por "razones humanitarias" y "a pesar de la entidad de los delitos cometidos, una vez estudiada la propuesta a favor elaborada por unanimidad este mismo viernes por la Junta de Tratamiento de la cárcel alavesa de Zaballa atendiendo a la salud del etarra". Es según la Ley y por “Razón de Estado”, añade el que esto escribe.
Ante ello, una destacada representante de la AVT ha propalado a los cuatro vientos que ello supone "confirmar la traición" a las víctimas. Tan precipitado juicio viene avalado por la propia Asociación Víctimas del Terrorismo, en cuyo comunicado del viernes, día 17 de este mismo  ferro agosto, se lee que “la concesión del tercer grado penitenciario al preso de ETA Josu Uribetxeberria Bolinaga, condenado por el secuestro de Ortega Lara y enfermo terminal de cáncer, confirma la traición a las víctimas del terrorismo y al Estado de Derecho", lo que, según ellos, “es una decisión que supone un daño quizá irreversible a la lucha contra el terrorismo y que desvanece las posibilidades de alcanzar una derrota total de los terroristas"
A contrapelo de la ingenua fe de muchos, el que esto escribe confiesa que no cree en “una derrota total de los terroristas" por la sencilla razón de que la mayoría de ellos, que  pagan en la cárcel parte de sus pasados crímenes o siguen en activo, no muestran traza alguna de arrepentimiento, viven al margen de las personas de buena voluntad y hasta que mueran seguirán dándole vueltas a cualquier manera de seguir su carrera criminal pese a quien pese y produciendo el mayor mal posible a la sociedad española, incluidos los tontos útiles que les jalean.
En lo que cree el que esto escribe es en la neutralización política de todos los efectos del fenómeno terrorista, ello sin salir del marco legal y en pragmática obediencia a la Razón Histórica de España, en la que, repetimos, pesa y debe seguir pesando la Razón Evangélica que tanto bien nos ha producido a lo largo de la Historia.
Procede, pues, apaciguar un tanto el ya inútil rebelde grito de nuestra indignación y, haciendo nuestras  las armas de la paz,  mirar el futuro con cierta esperanza de que el actual Gobierno hará lo justo y posible para que  los criminales terroristas y sus secuaces, mal que les pese, pierdan su actual rol político reconociéndose o no tal cual son pero sin posibilidad alguna de seguir viviendo (tan tranquilos y jaleados)   en el irreal, estúpido e inhumano mundo de sus recalcitrantes perversiones.
La Ley, el Sentido Común, la Generosidad y la Libertad son  para el que esto escribe imprescindibles armas de Paz.

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