lunes, 9 de septiembre de 2013

MOTIVOS PARA LA ESPERANZA

No se hunde muestro mundo porque Madrid no haya sido votada para las Olimpiadas 2020. Bien sabemos el cúmulo de intereses cruzados y otras zarandajas que hacían difícil lograr los objetivos votos para que nuestra Capital, por mucho que se lo merezca, fuera justamente seleccionada para unos juegos olímpicos que, de seguro, habrían hecho historia.
Para este ciudadano de a pie, ya con muchos años a la espalda, más que la decepción porque no se nos tenga en cuenta en tan importante evento deportivo, lo ocurrido sirve para tomar conciencia de que dependemos de la Providencia y de nosotros mismos para ser lo que podemos ser.
España ha sido y puede ser mucho más de lo que es a poco que rompamos con el pesimismo de los que creen que todo termina en la nada intrascendente y, luego de arrojar al archivo de la mediocridad las muestras de odiosos particularismos radicalmente egoístas, nos dejemos llevar por el poso histórico de tantos y tantos españoles que han abierto nuevos caminos de generosidad y libertad.
¿Es tan difícil dejar de recrearnos en la contemplación del propio ombligo para abrirnos al mundo en un sugestivo de acción en común?
Sugestivo proyecto de acción en común era la posible organización de las Olimpiadas 2020 como ha sido el ganar campeonatos mundiales de fútbol y lo es contar con primeras figuras en el ámbito de la Ciencia, de la Empresa y del Deporte.
También lo es empezar a salir airosos de la pesada crisis que estamos padeciendo… Si ello es así ¿No contamos con motivos suficientes para mirar al futuro con esperanza? Claro que para ello, estamos obligados a tirar por la borda ese pesimismo existencial de los que, jóvenes y viejos, se han dejado y se siguen dejando políticamente atrapar por las paridas intelectuales  de los que se creyeron (y se siguen creyendo) capaces de hacer retroceder más de dos mil años a nuestra propia Historia.


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