martes, 26 de agosto de 2014

¿Es progresista la actual Izquierda Española?

Con todo el respeto para las diversas opciones políticas de la actualidad española, este ciudadano de a pie, que no vive de la política, pero que sí que se cree en la obligación de participar en política, sobre todo a la hora de votar en todas y en cada una de las convocatorias electorales que le afectan, se permite la siguiente observación:  a la vista de que todos los portavoces o voceros de los más señalados partidos de izquierda, como en estado de alerta, parecen haberse puesto de acuerdo para tildar de errónea e incluso nefasta la labor del actual gobierno, cuyas prioridades, como a la vista está, son arreglar no pocos de los entuertos de su predecesor por el camino de la lógica, de la Economía Racional  y de una elemental justicia social de forma que, con el menor sacrificio para los más desfavorecidos y lo más pronto posible, recuperemos posiciones perdidas en el camino del progreso y de la estima de los verdaderos creadores de riqueza.
Reconozcamos que sin recursos suficientes, lo que haya que repartir irá a los más poderosos, y que, para aumentar esos recursos no existe mejor solución que facilitar el camino a los emprendedores, que no son, precisamente los que predican que “destruir es una forma de crear”, que empobrecer a los más pudientes es lo  lógico para sacar más del menos o, algo más pernicioso aún, que esa responsabilidad personal que se alimenta del trabajo, la generosidad y la libertad debe ceder el paso a la despersonalización colectiva para que los nuevos vendedores de ideologías imposibles se sientan en el machito del poder.
Claro que algunos de éstos hablan de tal forma que logran no pocos seguidores a los que no parece importarles perderse en el camino de países como Cuba, Corea del Norte, Venezuela, etc., etc., el mismo que antes siguió la Unión Soviética y sus satélites con los resultados que todos conocemos. ¿Existe alguna razón para que, visto lo visto, por arte de birli-birloque, las ideas y las políticas, que han sembrado y continúan sembrando la ruina en lugar del progreso, se conviertan en las columnas de la llamada “sociedad del bienestar”.
Bien sabemos que la extrema izquierda no escucha otras razones que las muy viejas de sus maestros a los que conceden una buena voluntad o “amabilidad” de las que no dieron prueba alguna, pero ¿qué decir de la “izquierda moderada” de la actualidad que, con tal de que el equipo, que actualmente nos gobierna se vaya a la oposición, parece estar dispuesta a repetir lo del “cordón sanitario”? ¿no parece más justo y lógico abandonar la crítica por la crítica y tratar de ganarse la confianza de los electores perdidos mostrando que son muy capaces de continuar en el camino de la recuperación, que es, justamente, el camino del progreso, a base de mejorar lo mejorable y cubrir con aciertos los fallos que siguen existiendo?

Hubo un tiempo, protagonizado por Felipe González, en el que, junto con no pocos desaciertos, los españoles pudimos apreciar medidas que sí que representaron apreciables pasos en el camino del Progreso; ello nos anima a preguntar ¿no creen los nuevos líderes socialistas que para, obrar como auténticos progresistas, deben olvidarse de la asociación con los que en el único progreso en el que creen es en el que afecta a sus exclusivas vidas? 

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