martes, 19 de julio de 2011

SECTARISMO SOCIALISTA

   Hace un par de días, encuentro a un antiguo conocido con el que solía mantener interminables conversaciones sobre los respectivos posicionamientos políticos y le pregunto:
   -Con lo que nos está cayendo ¿seguirías votando a Zapatero si se presentara?
   -Pues sí, soy socialista de toda la vida y le votaría siempre, haga lo que haga.
   -¿Aunque te convencieras a ti mismo de que él es cualquier cosa menos el socialista que tú eres? ¿Le votarías reconociendo, como me consta que reconoces, que nos está llevando a la ruina a todos los españoles?
   -Siempre lo votaría, si el Partido nos lo presentara como candidato ¿No ha dicho Felipe González que es militante aunque no simpatizante? Pues eso: soy socialista y, pase lo que pase, no me apartaré de la disciplina socialista. Votaría a Zapatero, como votaría a Cascallana, si me lo presentaran como candidato a Presidente del Gobierno de España, y votaré a Rubalcaba cuando lleguen las Elecciones Generales.
   Uno se queda de una pieza ante tamaña obcecación que, por lo que se ve y se escucha, mantienen no pocos españoles ¿es el socialismo una fe que no necesita de argumentos racionales para mantenerse contra viento y marea? Probablemente; pero sí es así, que borren de su “memoria histórica” aquello de “socialismo es libertad”.
   Que el socialismo tampoco es progresismo lo demuestran el persistente pasotismo ante los graves problemas económicos y de desintegración nacional que nos aquejan ó la retahíla de leyes que nos retrotraen a las épocas más bárbaras de la historia. Por ejemplo: ¿es progreso el permitir que una adolescente de trece años sea embaucada por un degenerado mayor de edad? O que, esa misma niña, tras unos tres años de relaciones plenas con unos y con otros, viva al aire de sus caprichitos y, entre otras aberraciones, decida abortar de tapadillo por que ha quedado embarazada?
   Seamos serios y busquemos vías progresistas en otra dirección.

3 comentarios:

  1. Exactamente lo mismo me dijo el otro día una señora: "yo siempre he votado al PSOE y siempre le votaré". Pues vale, le dije, me parece muy respetable. O sea, que da igual 5 millones de parados que 50, ella seguirá votando al PSOE. Pues eso.

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  2. Es evidente que el tema dice con quien nos la jugamos.Con q banda de ignorantes
    Tengo muy claro que jamás votaré a la izquierda, pero tengo más claro que jamás de los jamases votaría a esta izquierda del caviar, de angulas y pandereta, de morro ancho y cara dura.
    Eso no quiere decir que sea un esclavo de la derecha; soy de derechas y muy orgulloso, pero nunca esclavo. Si las cosas no se hacen bien, hay que decirlo, y volverlo a decir y si no te hacen caso, hachazo y pino.

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  3. Tu comentario me da pie para el siguiente añadido: no es verdad que la izquierda española se distinga por la búsqueda de la justicia social mientras que la derecha se encierra sobre sí misma para mantenerse en lo alto de la pirámide social. Esa izquierda ya no esgrime mejores argumentos que los de la memoria histórica, el gasto indiscriminado del dinero que “no es de nadie” y es de todos, la “alianza de civilizaciones” antagónicas, la “anacrónica pesadez de la maternidad”, el radicalismo igualitario, el colectivismo despersonalizante o el materialismo a cualquier precio mientras que, a juicio de esa misma izquierda, los de derechas se distinguen, nos distinguimos, por ligar a la libertad con la responsabilidad, al amor con la trascendencia, al trabajo con la prosperidad general, al espíritu patriótico con la cohesión nacional y solidaridad interterritorial, a lo español con un valor universal, a la eficiencia en la administración pública con la austeridad y el destino pertinente de los fondos que salen de nuestros impuestos, muy especialmente, del trabajo personal…
    Pues, señor, si esto es ser de derechas, el que suscribe es de derechas y a mucha honra: sépanlo todos los que, en lugar de tratar de mejorar lo mejorable, cultivan fidelidades fuera de lugar o distraen a sus buenos deseos con viejas, muy viejas e inconvenientes, utopías.

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