martes, 17 de mayo de 2011

SOCIALISMO NO ES LO QUE MUCHOS CREÍAMOS ANTES

En España hubo una época en la que muchos jóvenes soñaban, soñábamos, con algo así como con un cristianismo que a todos nos hacía buenos sin sacrificio alguno por los demás: nada del cristianismo de la vieja escuela con sus invenciones de amor al prójimo; la solución a todos los problemas viene con el socialismo;  a "doctorales frases" como ésta le seguían palabras y más palabras con las que nos inculcaban la fiebre por un mundo nuevo en el que, tras una corta y decisiva revolución, se viviría una situación en la que cada uno aportaría a la sociedad según sus capacidades y recibiría de de ella todo lo que necesitase. ¿Qué he de hacer para colaborar en tan ilusionante empresa? Dejarte llevar hacia el socialismo por los amigos del pueblo, respondía el autoproclamado progresista ilustrado.
Ya casi socialistas, algunos nos fuimos a Francia para terminar de ilustrarnos y lo que resultó fue que no pocos de nosotros nos dimos enseguida cuenta de que la realidad del socialismo era muy distinta a la que nos habían predicado: cuando buscábamos trabajo, pasábamos hambre o no teníamos donde dormir, resultaba harto difícil encontrar un alma amiga en los círculos socialistas;  ya no lo era tanto si tropezabas con algún católico, fuera español o no, de los que puedo decir que eran los que primero se aprestaban a resolver nuestro problema. Los otros, por su parte, no dejaban de hablarnos de lo que podía ser y no era, todo ello mirando para otra parte para no verse en la obligación de invitarte a un café.
¿Quiere ello decir que el socialismo no tiene nada que ver con los tradicionales valores, ni, mucho menos con la forma cristiana de ejercer el amor al prójimo? Por lo que nos muestra la experiencia socialista española a la vista está lo que podemos responder: los parados y los pobres se multiplican sin que los que más presumen de socialismo muevan un dedo para ayudar al prójimo; son los mismos que, para distraer al personal, se inventan problemas que no existen o, lo que es mucho peor, acrecientan la miseria ajena al tiempo que buscan votos a través de campañas que parecen hechas para rebajar la inteligencia de los que menos han estudiado.
Luego está lo otro, es decir, el ejemplo de los que logran el poder aupados por el pretendido buenismo socialista ¿qué hay que decir de ese tal Dominique Strauss-Kahn,  todavía director gerente del Fondo Monetario Internacional, socialista de pro hasta el punto de haberse postulado como candidato socialista a la presidencia de la República Francesa?  Claro que no es el único de los que presumen de socialismo que atropellan todo lo atropellable si la ocasión se presenta.
Ante esas evidencias,  no cabe decir eso de si el propio Marx levantara la cabeza… ¿sabíais que el considerado maestro del “socialismo científico” (empeñado él en posibilitar lo imposible), durante una buena parte de su vida, hizo poco más que nada por traer un sueldo regular a casa y sí que se sirvió de todo tipo de ayuda que le viniera de fuera, incluida de su criada Elena Demuth, de quien se sabe que, sin desatender las labores de hogar, llegó a trabajar en una fábrica para resolver las necesidades más elementales de toda la familia?
A la vista de ello, concluyamos todos que el Socialismo no es lo que muchos de nosotros hemos creído antes de conocerlo .

No hay comentarios:

Publicar un comentario