Trabajadora, honrada, inteligente, bien preparada y eficaz administradora además de guapa

   Vacío de ideas debe estar el cerebro del todavía presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, don José María Barreda Fontes, cuando, para defender una gestión a todas luces mejorable y conquistar votos en las elecciones del próximo 22 de mayo, no se le ocurre argumento mejor que el de poner de relieve la bonita figura de María Dolores de Cospedal, como si ello la inhabilitara para ocupar un puesto en el que tantas cosas buenas él ha dejado de hacer, las mismas que se pueden abordar en cuanto él pierda dichas elecciones y esta buena política cual es María Dolores de Cospedal ocupe el sillón presidencial.

   Abogada del Estado con 24 años, por propios méritos (gobernaba entonces Felipe González), María Dolores de Cospedal fue nombrada jefe del Servicio Jurídico del Ministerio de Asuntos Sociales antes de cumplir los 30 años.
   Desde entonces, ha sido meteórica la carrera profesional y política de María Dolores de Cospedal hasta que, en rivalidad con dicho señor Barreda, es presentada por el PP para la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: Consejera Laboral y de Asuntos Sociales en la Embajada de España en Washington en 1995, Secretaria General Técnica del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 1999, Subsecretaria del Ministerio del Interior en 2002, abogada del Estado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2004 hasta que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la elige el 22 de diciembre de ese mismo año para ocupar el cargo de consejera de Transportes e Infraestructuras. Desde mayo de 2007 es Diputada Regional y líder de la oposición en las Cortes de Castilla-La Mancha y desde el XVI Congreso Nacional del Partido Popular, celebrado en Valencia en junio de 2008, ostenta la Secretaria General del Partido Popular.

   Señor Barreda ¿algo que objetar sobre la preparación académica, valía profesional y experiencia política de esa joven señora que “se atreve” a disputarle a usted la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha?

   Por demás, tal vez siguiendo las indicaciones de algún indocumentado consejero, busca usted un insultante paralelismo que nada tiene que ver con la realidad y que solamente se sostiene porque lo dice usted a grito pelado y orientado a no se sabe qué clase de público: ¿cree usted a los suyos tan cerrados de mollera como para negarle el voto a una persona cuyo mayor “delito” es ser mujer con bonita figura? Déjese usted de tontorrones y torticeros subterfugios para centrarse en lo que realmente conviene a los castellano-manchegos: ¿Cómo va a resolver los entuertos que inició su antecesor y usted ha multiplicado y agravado hasta colocar lo que usted estima su feudo tan por debajo de su vecina la Comunidad de Madrid en la que, precisamente, su guapa rival ha demostrado que es trabajadora, honrada, inteligente, bien preparada y eficaz administradora?